Bogotá fomenta la preservación de la reserva Thomas van der Hammen a través de la cesión de derechos edificatorios
La Reserva Thomas van der Hammen se consolida como un punto clave para la conservación ambiental de Bogotá y la adaptación al cambio climático, mientras se busca conciliar desarrollo urbano y protección de ecosistemas. Este espacio estratégico, que conecta los Cerros Orientales con las fuentes hídricas de la ciudad, enfrenta desafíos significativos debido a la propiedad mayoritariamente privada de sus predios y la presión de la expansión urbana. La Secretaría de Ambiente de Bogotá ha impulsado un mecanismo innovador que permite a los propietarios transferir voluntariamente sus derechos de construcción a cambio de compensaciones en áreas aptas para desarrollo, fomentando la restauración y conservación de la reserva como patrimonio público.
Un espacio vital para la ecología urbana
La zona protegida Thomas van der Hammen se ha percibido durante mucho tiempo como el «pulmón del sector norte» de Bogotá, gracias a su función de enlace ecológico entre las montañas y el río Bogotá. Con aproximadamente 1.395 hectáreas repartidas en 404 propiedades, esta reserva integra terrenos rurales, zonas de valor ecológico y ubicaciones cruciales para la diversidad biológica. De estas propiedades, más del 95 % son de propiedad privada, mientras que una porción menor es del Distrito, y un 2 % adicional son áreas sin registro catastral, lo que complica su ordenamiento y administración ambiental.
El valor de esta reserva trasciende la conservación local. Representa un activo clave para la adaptación urbana frente a cambios climáticos y eventos extremos, contribuyendo a la regulación hídrica, la captura de carbono y la mitigación de la contaminación atmosférica. En el contexto de la COP30 en Belém, Brasil, este tipo de espacios urbanos es relevante para mostrar cómo las ciudades densamente pobladas pueden implementar soluciones sostenibles y resilientes frente al cambio climático.
La transferencia de derechos de construcción como estrategia
Para abordar los desafíos asociados a la propiedad privada y garantizar la preservación, la Secretaría de Ambiente puso en marcha un sistema fundamentado en la transferencia de derechos de construcción y desarrollo. Este esquema posibilita que los dueños de propiedades ubicadas en la reserva entreguen sus terrenos al Distrito de forma voluntaria. A cambio, los propietarios obtienen derechos de construcción que pueden aplicar en áreas urbanas específicas para el desarrollo, asegurando una compensación justa y reforzando la administración ambiental de la urbe.
Este mecanismo no solo aplica a la reserva Thomas van der Hammen, sino también a otras áreas de importancia ecológica en Bogotá, como parques de los cerros orientales, la red de parques del río Bogotá y zonas clave en su cuenca. La iniciativa ofrece múltiples beneficios: asegura la recuperación de suelos degradados, permite la habilitación de espacios para uso público y genera alternativas de financiación para los procesos de restauración ambiental, contribuyendo a la sostenibilidad urbana y la integración de la población con su entorno natural.
Foro sobre conservación y desarrollo urbano
Para dar a conocer y promover este mecanismo, la ciudad organizará el foro “Legados para una Bogotá mejor preparada para enfrentar el cambio climático”, que se llevará a cabo el 12 de noviembre en el hotel Double Tree by Hilton, en el norte de la ciudad. Durante el evento, expertos en conservación, desarrollo urbano y manejo de derechos de construcción discutirán la viabilidad del mecanismo y las oportunidades que representa para la protección de áreas estratégicas.
Entre los asistentes sobresalen Germán Andrade, consultor del Instituto Humboldt; Brigitte Baptiste, máxima autoridad de la Universidad EAN; Alfred Ballesteros, titular de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca; y María Claudia García, encargada del Jardín Botánico de Bogotá. Adicionalmente, se ofrecerán ponencias principales impartidas por Adriana Soto, secretaria de Ambiente de Bogotá, y Juan Carlos Rivera, director de Economía y Gobierno de la Universidad EAN, quienes desglosarán el funcionamiento del sistema, la situación de preservación de las propiedades y los parámetros para su efectiva puesta en marcha.
El foro está abierto a quienes deseen inscribirse y participar en las discusiones sobre conservación urbana, ofreciendo un espacio para promover estrategias replicables en otras zonas de la ciudad. Se espera que estas iniciativas fortalezcan la conciencia sobre la importancia de integrar la gestión ambiental en la planificación urbana, fomentando soluciones que beneficien tanto a los ecosistemas como a la población de Bogotá.
La implementación de la transferencia de derechos de construcción se presenta como una alternativa efectiva para equilibrar el desarrollo urbano con la protección ambiental. Este enfoque permite que la ciudad avance en la restauración ecológica, mejore la conectividad de los ecosistemas y genere espacios públicos accesibles, al tiempo que proporciona a los propietarios privados incentivos claros para sumarse a la conservación. De este modo, la reserva Thomas van der Hammen se consolida como un modelo de gestión sostenible, integrando aspectos ecológicos, urbanos y sociales en la Bogotá contemporánea.
La reserva también constituye un laboratorio para estudiar la interacción entre propiedad privada y políticas de conservación, un desafío que enfrentan muchas ciudades en Latinoamérica y el mundo. La experiencia de Bogotá podría sentar un precedente para implementar mecanismos similares en otras áreas urbanas que necesiten protección ambiental, demostrando que la cooperación entre el sector público y privado puede generar resultados tangibles para la sostenibilidad.
Con la participación de académicos, funcionarios y ciudadanos, se busca que el foro y la aplicación del mecanismo sirvan como un catalizador para políticas públicas más efectivas en materia de gestión del suelo y restauración ecológica, reforzando la importancia de que las grandes ciudades adopten estrategias frente al cambio climático y promuevan el uso responsable del territorio.
La combinación de protección de la biodiversidad, restauración de suelos y compensación urbana a través de la transferencia de derechos de construcción constituye una herramienta innovadora para Bogotá, que podría convertirse en un modelo replicable en otras urbes latinoamericanas. La reserva Thomas van der Hammen no solo se mantiene como un espacio clave para la ecología de la ciudad, sino también como un ejemplo de cómo las políticas ambientales pueden integrarse con el desarrollo urbano de manera sostenible y equitativa.
